Viviendo al limite de la gracia de Dios.

Últimamente me ha gustado mucho viajar y aunque no había estado acostumbrado creo que el viajar solo es algo que me gusta, he descubierto que en ocasiones es bueno estar solo, porque estás tú y tus pensamientos, tus ideas y tus sentimientos, simplemente te descubres de una manera diferente y eso es bueno.  Mientras estaba sentado en el bus esperando que pasaran cuatro horas y media de viaje meditaba acerca de algo que creo que todos hemos vivido y que alguna vez hemos pasado y eso es el pecado o peor aún, estar cerca del pecado.

En el bus pensaba en el hecho de que hay dos formas de aprender en la vida, la primera es la que menos se utiliza pero la más sabía y es aprender de los errores de los demás pero la segunda, en la que todos hemos aprendido, es cuando nos damos golpes, cuando nos caemos y sufrimos severas consecuencias. Solo metiéndonos el gran golpe es que muchas veces aprendemos, solo es cuando caemos al fondo y lo tocamos es que reaccionamos y salimos, eso se supone ¿no? Pero no en todos los casos es similar, muchas veces ni siquiera los grandes golpes te componen, ni siquiera el haber tocado fondo hace que te levantes y reacciones y a ese estado a ese punto yo lo llamo viviendo al límite de la gracia de Dios.

Es un nombre interesante porque siempre hemos dicho que Su gracia no tienen fin, que no se acaba y que siempre está ahí y aunque es cierto, porque Dios no cambia, en nuestro caso sí, digamos que esa frase si puede cambiar en nosotros porque el único pecado que no puede ser perdonado es no creer en Él, ósea no recibir su gracia. Juan 3:16 dice: “Porque de tal manera amo Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”, la única condición para que alguien no sea perdonado es si él/ella no está entre los “todo aquel que en Él cree”, Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mi” Juan 14:6. El rechazar la única forma de salvación es condenarse a sí mismo a una eternidad en el infierno, y el haber rechazado el único perdón, resulta obviamente imperdonable.

Entonces ¿qué significa vivir al límite de la gracia de Dios? Es pecar, pecar y pecar. Pedir perdón pero volver a pecar y aunque Dios te perdona, y aunque Dios te recibe con brazos abiertos y no te va a negar nunca su amor, estás jugando con fuego, estas en un límite muy peligroso. El apóstol Pablo dijo algo muy interesante en Romanos 1:18-21 NTV

Pero Dios muestra su ira desde el cielo contra todos los que son pecadores y perversos, que detienen la verdad con su perversión. Ellos conocen la verdad acerca de Dios, porque él se la ha hecho evidente. Pues, desde la creación del mundo, todos han visto los cielos y la tierra. Por medio de todo lo que Dios hizo, ellos pueden ver a simple vista las cualidades invisibles de Dios: su poder eterno y su naturaleza divina. Así que no tienen ninguna excusa para no conocer a Dios. Es cierto, ellos conocieron a Dios pero no quisieron adorarlo como Dios ni darle gracias. En cambio, comenzaron a inventar ideas necias sobre Dios. Como resultado, la mente les quedó en oscuridad y confusión.

Es interesante  ver como el apóstol pablo escribe que a raíz de endurecer su corazón y vivir una vida en dos líneas, la línea del mundo y la línea de conocer a Dios, la mente de ellos quedo en oscuridad y confusión.

Vivir al límite de la gracia de Dios hace que el resultado sea este, hace que ya no puedas diferenciar entre el bien y el mal. Lo malo ahora lo miras bueno y lo bueno ya es tan bueno sino radical, y todo lo radical es malo ¿no?, tu mente empieza a confundirse porque has dejado que la oscuridad llegue a tu corazón. ¿Cómo llegas entonces a estar en ese límite? ¿Cómo permites que tu vida empiece a entrar en esa confusión? Hay una historia que me encanta mucho, la primera vez que la escuche, lo hice porque uno de mis oradores favoritos hablo sobre ella y dio un sermón que cambio mi vida por completo, el sermón se llama “El hombre de la puerta”  no te quiero contar todo el sermón porque te dejaré el link para que lo veas tú al final del post, pero en una parte habla acerca de un hombre que está en la puerta del templo. No vive dentro, ni tampoco afuera, vive en la puerta. Conoce todo lo que pasa en la iglesia pero también conoce todo lo que pasa en el mundo. Los días martes o jueves peca un poco pero el domingo se santifica. No conoce mucho para llegar a ser un buen cristiano pero tampoco no sabe mucho para decir que no es cristiano. Es un cristiano nominal y yo le agregaría que es un cristiano que  vive al límite de la gracia de Dios. Siempre piensa que Dios lo va a perdonar y aunque así es, vive en la puerta. Su vida está en un punto donde no sabe quién es. Es así como se llega a estar en ese límite. Es en ese punto que empiezas a rozar una línea que te puede llevar a confusión y oscuridad.

El apóstol Pedro en sus cartas dijo que un verdadero creyente ya no vive para pecar pero eso no quiere decir que no vaya a pecar y si así lo hiciere hay abogado, que es Cristo, menciona el apóstol Juan en sus cartas.

Es difícil estar en ese punto, es difícil estar en un punto de tu vida donde quieres mas pero no puedes darlo, es difícil levantarte y volver a caer, es difícil querer levantarte pero no poder, quieres reaccionar pero ya no sientes nada, quieres dejar de hacer esas cosas que te alejan de Dios pero tú ya has silenciado a tu conciencia, ya le has puesto un alto a la voz de su Espíritu porque piensas que Dios siempre te va a perdonar. Y lo que no te cuentan son las consecuencias que pueden surgir, lo que no te dicen son los problemas que pasaras por tomar aquellas decisiones.

Dios siempre te va a perdonar, de eso no hay duda pero ¿qué pasa si tú ya no decides regresar?, ¿que pasa si tú decides ya no pedir perdón? y ese límite donde estabas ya no existe y elijes alejarte ¿qué pasa? Puedes llegar a experimentar un camino difícil, un camino donde puedes comer con cerdos como aquel hijo que se fue de la casa de su padre y gasto todos sus bienes. El peligro de vivir en el límite de la gracia de Dios es que puedes ir a un lugar donde no se te garantiza regresar o estar en un punto donde no puedes disfrutar las verdaderas bendiciones que Dios puede darte y no experimentar de la libertad que solo Su gracia te puede dar.

Toma un respiro y piensa bien si en verdad estás viviendo en ese límite, piensa bien si solo eres un cristiano nominal, un cristiano de domingo que piensa que todo se le va a perdonar pero no mide sus consecuencias. ¡Deja de estar en la puerta! ¡Deja de estar en el límite! Y comienza a tomar la decisión de elegir un lado.

¿Qué lado elijes tú?

Video de la prédica

Comparte
Imagen por defecto
Luis fernando Quijivix

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *