Una Buena Compañía

Por naturaleza los seres humanos somos sociables y cuando invertimos tiempo con una persona en poco tiempo adquirimos conductas y gestos de ella. Pero como todo en esta vida algunas veces es para bien y otras veces terminamos pagando un precio muy alto. Pero esto también se aplica a las emociones y conductas; justo el propósito de los proverbios es exponer a los jóvenes a la sabiduría a través de los consejos para que alcancen madurez.

 “Entended, oh simples, discreción;

Y vosotros, necios, entrad en cordura.” Proverbios 8:5

Y es aquí donde podemos encontrar la fórmula para poder obtener los resultados sobrenaturales a los que tenemos derecho como hijos que somos de un Dios sobrenatural. El apóstol Pablo justo nos presenta la mejor compañía que le debemos de dar a la oración de ruego.

Todos entendemos que la oración es una de las armas espirituales más poderosas que los creyentes en Cristo Jesús podemos tener, pero hay un requisito indispensable que debemos conocer y consiste en que como arma espiritual solamente alguien espiritual la puede utilizar.

“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.” 1 Corintios 2:14

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Hebreos 11:6

Pero el apóstol Pablo potencializó el efecto de la oración de ruego al acompañarla con el gozo.

“Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros,” Filipenses 1:3-4

Pero la razón por la que el apóstol pudo acompañar su oración de ruego con el gozo es por dos factores. El primero es por la comunión persistente de los filipenses en el evangelio.

“por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora;” Filipenses 1:5

Ellos fueron firmes en su fe y obediencias que no se apartaron del camino.

El segundo factor es por la disposición de Jesús en continuar obrando en el corazón de sus fieles.

“estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;” Filipenses 1:6

¿Pero cuantas veces nos hemos acercado a Dios en oración y ruego pero acompañada de dolor y vergüenza por haber fallado o pecado?

Por supuesto que Dios está listo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad pero el anhelo de su corazón es que clamemos a Él con manos limpias y establezcamos su perfecta voluntad aquí en la tierra como es en el cielo. Que estemos dispuestos a clamar por más de su poder y gracia y plena certidumbre de su disposición para obrar de manera sobrenatural.

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Luis Fernando

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