Un Llamado Irrevocable

¿Alguna vez has sentido que no eres capaz de lograr una tarea que te han asignado?
Querido lector, si tu respuesta a esa pregunta es “sí”, la buena noticia es que, con Dios, eso no sucede. La tarea que Él nos da, es decir, Su llamado, se ajusta a cada uno de nosotros. Es hecho a tu medida.
En esta ocasión, estaremos hablando sobre cómo Dios se encuentra amándonos y moldeándonos, mientras nos llama.
Como leímos en el último blog, cuando estamos delante de Dios, lo que realmente importa es la actitud de nuestro corazón.
A la hora de asignarte la tarea para la que Él te diseñó, Dios se fija más en tu disposición y no tanto en tus defectos o imperfecciones.
La Biblia es muy clara al mencionar que Su poder actúa en la debilidad (2 Corintios 2:19), pero para responder al llamado divino, que es permanente e irrevocable, no se requiere perfección, sino fe, perseverancia y obediencia. Tres poderosas y hermosas características que son procesadas en momentos de intimidad con nuestro Padre.

Acompáñame leyendo Hechos 9:11-18 , donde podremos aprender acerca del propósito de Dios para Pablo. En los versos 10-12, El Señor le revela a Ananías que Saulo, quien tan solo unas horas antes era perseguidor de cristianos, se encontraba orando. (Qué épico es Dios, ¿no?)
En el verso 15, podemos notar que Dios no estaba enfocándose en los errores, ni en la reputación de Saulo. Más bien, quería usarlo como Su instrumento. Evidentemente, a través de lo que se sabe de la vida de Pablo, El Señor fue moldeando su corazón y carácter, pero primero le reveló su llamado.
Cuando Dios llamó a Saulo, él respondió “Señor, ¿qué quieres que yo haga?”.
En nuestro camino, muchas veces seremos como Saulo. No entenderemos cuál es el rompecabezas que Dios está armando, por eso, obedecer no se trata de entender lo que Dios hace. Sino, de confiar en él. (Véase Proverbios 20:24)
Para poder confiar, obedecer es esencial. Para obedecer, comunicarnos y recibir las instrucciones de nuestro coach (Dios) es imprescindible. A través de la oración y estudio de la Biblia, encontraremos respuestas e instrucciones para así, cumplir con ese llamado irrevocable y eterno.
«Pues los dones de Dios y su llamado son irrevocables».
– Romanos 11:29
Excelente reflexión !!!!!!