Pasión desesperada

Oye, Señor, mi voz cuando a ti clamo; compadécete de mí y respóndeme. El corazón me dice: «¡Busca su rostro!» Y yo, Señor, tu rostro busco. No te escondas de mí; no rechaces, en tu enojo, a este siervo tuyo,…
Oye, Señor, mi voz cuando a ti clamo; compadécete de mí y respóndeme. El corazón me dice: «¡Busca su rostro!» Y yo, Señor, tu rostro busco. No te escondas de mí; no rechaces, en tu enojo, a este siervo tuyo,…