Perdonar, sanar y seguir.

Hace unos días leí esta frase-“Ser como Jesús es aprender a perdonar a aquellos que jamás se disculparon”- Joel Quezada.
¿Cuántas veces nos han lastimado?¿Cuántas veces hemos llorado las causas perdidas?y ¿Cuántas hemos sentido no poder más?Hablar de perdón a otros y aún a nosotros mismos es de esos temas que nos gusta poco porque saca a relucir eso que escondemos y a lo que le pusimos un letrero que dice –cerrado-.
«Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo»Efesios 4:32
Sé que esto es más profundo que solo escribirlo y leerlo, estas tres palabras son verbos es decir acciones. A lo largo de este caminar he tenido que aplicar todo esto: Perdonar, sanar, amar, seguir y repetir cuantas veces sea necesario. No es fácil hablar de esto, no es fácil hablar de lo que nos duele, lo que nos hace ser frágiles porque siempre queremos mostrar nuestra mejor versión, pero sabes, no es malo ser vulnerable. Creo que las cicatrices que tengo son las que me ayudan a decirle a alguien más “Entiendo perfecto como te sientes, yo he pasado por eso” así que toma lo que te ha dañado para ser testimonio a los demás.
Pero ¿Por qué es tan importante perdonar? Porque el perdón es la base de toda sanidad en la mente, conciencia y corazón así como la clave de la liberación espiritual. Cuando nos acercamos a Dios de las primeras cosas que hacemos es perdonar a los que nos han lastimado e incluso perdonarnos los errores que hemos cometido. Si nosotros no perdonamos no sólo estamos faltando a lo que Dios dice, sino también nos estamos atando a vivir con esa carga en nuestra vida. Como hijos de Dios tenemos que aprender a vivir perdonando todo el tiempo.
Jesús dijo: “Cuando oren, perdonen todo lo malo que otra persona les haya hecho. Así Dios, su Padre que está en el cielo, les perdonará a ustedes todos sus pecados”Marcos 11:25-26.
En la escena de la pasión de Cristo cuando Él estando colgado en la cruz dice:-Padre, perdónalos, estaba poniendo en práctica el principio que había enseñado en el sermón del Monte- “Oyeron que se dijo: Amen a su prójimo y odien a su enemigo, pero ahora yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los maltratan. Así demostrarán que actúan como su Padre Dios, que está en el cielo (Mateo 5:44-45). Jesús, el perseguido, oró por sus perseguidores. Así que perdonemos incluso a aquellos que nunca nos dijeron “perdóname o lo siento”.
Casi para terminar quiero decirte que hay alguien que puede entender mejor que nadie lo que sientes y es Jesús; Él sintió tristeza, enojo, abandono, traición y dolor experimentó estos “sentimientos normales” en el proceso. Así que no estás solo en esto “El Señor está cerca, para salvar a los que tienen el corazón hecho pedazos y han perdido la esperanza” Salmos 34:18.
Es mi oración que Dios sane tu corazón como lo ha hecho conmigo, que experimentes la libertad del perdón, no dudes que en el trayecto Él va contigo tomándote de la mano, que disfrutes la vida que te ha dado, no dejes que la amargura, el rencor y el desánimo se apoderen de ti. Bendice a los que te han hecho mal y sigue adelante en la vida llena y abundante que Dios tiene para ti.
¡Ánimo! Dios te bendice
P.D Si necesitas hablar con alguien, estamos aquí para ayudarte puedes escribirnos con toda libertad.
Soy una persona que trato estar en comunión con Dios y tener una relación íntima con el a pesar de nuestras actividades diarias, pero en verdad en estos momentos me siento muy vacio, y vulnerable por momentos dificiles que atravieso actualmente, trato de enfocarme en él pero la ansiedad, la tristeza y desesperanza me consume!