NO TE DEJES

Hace mucho tiempo, en una charla escuché que la mayor guerra espiritual no era levantarse y pelear, aunque fuera importante; la verdadera guerra era mantenerse firme en lo que uno creía, firme en la palabra de Dios y me dí cuenta que tenía mucha razón.

Dios me ha enseñado muchas cosas a lo largo de mi vida y una de ellas es que me ha enseñado a diferenciar sueños. Desde pequeña he soñado cosas fuera de lo común, algunos sueños me parecían geniales y divertidos, como viajar en el tiempo o aprender a volar, y otros simplemente eran tan feos que me levantaba temblando y pensaba en eso días enteros, llegaba a tal grado que a veces hasta me daba miedo quedarme dormida en la noche porque no quería soñar cosas que no me gustaban.


Mi mamá siempre ha orado por mí y me dijo que Dios me iba a perfeccionar en eso y me iba a hacer fuerte. Con el tiempo aprendí que muchos sueños no significan nada, la mayoría de mis sueños hoy en día los ignoro porque sé que cuando Dios habla por medio de sueños uno está seguro de escuchar su voz y la presencia de Dios no asusta, al contrario, trae infinita paz. Hace unos días antes de dormir recuerdo que pensé en cómo de pequeña no me gustaba soñar cosas extrañas y pensé en que no quería soñar cosas raras, estaba hablando por teléfono con un amigo y él se estaba quedando dormido, con voz adormitada me dijo: ahí con cuidado con lo que sueñas y yo me asusté porque justo lo estaba pensando. Esa noche soñé cosas extrañas y me quedé pensando en eso todo el día y le pregunté al otro día por qué me había dicho eso antes de dormir y él me dijo que ni siquiera recordaba habermelo dicho.
Días después de eso predicaron en mi Iglesia sobre cómo Dios nos perfecciona y Dios me habló claro: me dijo que no podía dejar que cosas pasadas afectaran mi vida si Él ya me había perfeccionado en ese sentido, así que recordé la palabra de hace tiempo: la verdadera batalla es cuando permanecemos firmes en lo que creemos. Yo no debí asustarme cuando mi amigo me dijo eso, yo debí levantarme y orar y declarar que no iba a soñar cosas raras, y si pasaba, pues que no me iba a afectar como antes, pues Dios ya me había fortalecido en ese ámbito.

Comprendí que no vivimos de las palabras de otros o de situaciones del mundo, vivimos de la palabra de Dios, de ella nos debemos alimentar porque no somos de éste mundo, porque Dios ha puesto su Espíritu Santo en nosotros para destacar y ser luz entre los demás, pero para ser luz hay que primero creer nosotros que la luz de Dios ya está en nosotros.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

2 Corintios 5:17

Mantén la luz en ti no dejando que cosas de afuera afecten, mantén la luz en ti hablando cosas de bendición para tu vida. Si de pronto un día te cae agua fría porque se arruinó el calentador, si de pronto te caes camino a una cita importante y te manchas, o si alguien manejando te insulta porque frenaste de pronto creyendo que iba pasando otro auto, haz que la luz que Dios ha puesto en tí sea más grande, ve tu rostro en el espejo y dile que eres mejor que contestarle mal al chico enojado del auto, dile que Dios ha puesto en ti suficiente gozo y paz para que pequeñas cosas no te derriben, entonces tampoco te derribarán grandes cosas, porque Dios se perfecciona en la debilidad, porque Dios te hace más fuerte cuando demuestras que en lo poco eres fuerte y firme en lo que crees.

NOTA:
Nos gusta que comentes en el blog tus opiniones, siempre oramos por ti lector, porque Dios pone palabras de bendición para tu vida y tenemos el honor de ser usados.
¿Le habías pedido una señal a Dios? Pues está es: Dios te hizo luz para iluminar a otros pero recuerda que la fuente de luz es Dios y primero debes ser iluminado tú.

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carmenmariapm

2 comentarios

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  1. Llenan de luz, fe y aliento con cada texto que sube, este en especial me dice mucho.

    ¡Gracias por sacarle provecho al don que Dios les dio!