Intencional

Está palabra ha estado en mi mente desde hace mucho –Intencional-. Buscando una definición más exacta se refiere a:

Relacionado con lo que una persona piensa o se propone hacer.

-Implica o denota intención o propósito.

En mi lista de propósitos de este año se volvió a repetir lo mismo de años anteriores “Crecer y ser más intencional en mi relación con Dios” quizás para ustedes también sea una meta. Esto es algo que debemos proponernos día a día, el desear encontrarnos con la fuente de todas las cosas, conocer al Dios que sostiene con sus manos el universo, ese mismo al que puedo llamar Padre.

En salmos vemos al rey David, notemos que su deseo más grande era vivir cada día de su vida en la presencia de Dios.

“Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro.

Tu rostro buscaré, oh Jehová” Salmos 27:8.

Una de las cosas más relevantes para conocer más a Dios es ser diligentes en nuestra búsqueda de Él. Es imposible que “accidentalmente” nos convirtamos en grandes amigos con alguien, para esto debemos pasar tiempos juntos. Cuando amamos a alguien y queremos conocerlo, eso conlleva esfuerzo, sacrificio y lo más importante tiempo. Esto se resume en buscar, llamar, insistir, conquistar (Mateo 7:8)

“Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan” Proverbios 8:17

Para ponerlo en palabras más claras, ser intencional significa que si queremos tener más de Dios, probablemente tengamos que cambiar nuestro estilo de vida y este sea ajustado a lo que queremos lograr. Tal vez tengamos que organizar nuestro horario para tener un tiempo de calidad con Dios, dejar de un lado lo urgente para darle paso a lo más importante.

En ocasiones nos saturamos de tanto trabajo, tareas, compromisos, entre otras cosas; que nos olvidamos que antes que cualquier cosa nuestro mayor anhelo debería ser “Buscar el reino antes que todas las cosas” dejemos de afanarnos tanto y demos lugar a lo que debería tener el primer lugar en nuestras vidas y corazón.

Cuanto más intencionales seamos en crecer en comunión con Jesús. Más se fortalece nuestro amor por Él. Y cuando nuestro amor por Él se fortalece, la manera en que vivimos cambia por completo.

Por otro lado el permanecer firmes juega un papel crucial en esto. El pasaje que mejor ilustra esta verdad es:

“Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí.»Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada” (Juan 15:4-5)

No hay nada que podamos hacer separados de Él. Así que si has sentido que has caído en una rutina en tu relación con Dios, haz una pausa y decide ser más intencional, busca nuevos hábitos que puedan ayudarte a mejorar está área, sé diligente y permanece en lo que has creído, echa raíces profundas y estás te mantendrán fuertes, busca lo que fuiste creado para hacer, no siguiendo a los demás o escogiendo un cristianismo superficial, más bien viviendo en una forma que dé frutos.

¡Dios te bendice!

Comparte
Imagen por defecto
Luis Fernando

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *