Desde Mi Propia Experiencia

Recuerdo ese día como si fuera ayer. Estaba en mi casa, era un poco tarde; me sentía destrozado por la pérdida de mi papá, era apenas un joven de 19 años, ya habían pasado varios días de que había sido sepultado, esa noche era una mezcla de tantas emociones y sentimientos, tenía tristeza pero también tenía odio, tenía dolor pero también tenía irá, tenía tristeza pero también enojo, casi siempre en mi casa procuramos tener música, para mí era más importante la música que cualquier cosa en la Tv, incluso ponía la Tv pero para buscar canales de música, pero bueno; volviendo al punto, de fondo había una canción de uno de mis artistas favoritos, sentí el sentarme y ver hacia un punto fijo de mi casa, viendo a la nada, cuando de pronto empecé a cantar esa canción a todo pulmón, ¡Casi que la gritaba! Cuando de pronto empecé a sentir algo en la atmósfera, era como algo cayendo sobre mí, era cálido y podía sentir como me abrazaba mientras rompía en llanto, llore tanto que me quedé dormido en esa silla, no sé cuánto tiempo estuve allí; quizás fueron minutos pero para mí fue como una eternidad, mis hermanos me encontraron y me despertaron para que fuera a la cama, pero no iba igual me sentía diferente, me sentía en paz, más tranquilo.
Al siguiente día supe que lo que había experimentado era algo único y especial, ¡El Espíritu Santo había descendido a ese lugar donde me encontraba ahogado en ese cúmulo de emociones! ¡Wow!, ¡en medio de esa tormenta me inundó la calma!, esa fue si no la primera, una de las muchas experiencias que viviría con Él.
Pero siempre hubo algo dentro de mí que nunca me dejó, siempre estaba algo avivando una pequeña llama que luchaba por mantenerse viva en mí, una pequeña llama que buscaba siempre apagar, pero no pude hacerlo, dicen que el Espíritu Santo es un caballero y conmigo lo fue, como todo buen caballero no se alejo de mi, siempre busco la manera de mantenerse cerca, seguramente no fue fácil para Él lidiar con alguien como yo, pero se mantuvo fiel, ¡Se mantuvo fiel!
Realmente el Espíritu Santo fue lo que mantuvo anclado por mucho tiempo a mi Fe en esa temporada ya que no quería saber nada de Dios después de la pérdida de mi papá, solo quería alejarme de todo aquello que tuviera que ver con el evangelio que un día mi papá amo tanto y en el cual Él nos enseñó; el camino correcto.

Al final de todo decidí ceder y darme un chance para conocerle más y experimentar aún más cosas en Él, y déjame decirte que fue lo mejor que pude haber hecho, porque a través del Espíritu Santo he podido conocer a Jesús y a través de Jesús he podido conocer el corazón de mi Padre, podría darte un listado interminable de todas las cosas que he pasado y he experimentado a través de vivir una relación con el Espíritu Santo, pero mejor te invito a que con tu propia carne puedas experimentar algo único y especial, y no te arrepentirás de haberlo hecho, ¡Te lo aseguro!
A continuación te dejo algunos puntos que debes saber sobre Él.
- El Espíritu Santo nos une a Cristo.
- El Espíritu Santo vive en nosotros cuando nos volvemos a Cristo.
- El Espíritu Santo nos enseña, nos revela la verdad.
- El Espíritu Santo nos aparta, nos santifica.
- El Espíritu Santo nos guía.
- El Espíritu Santo confirma nuestra salvación.
- El Espíritu Santo nos ayuda.
- El Espíritu Santo obra en la intercesión.
- El Espíritu Santo transforma.
- El Espíritu Santo nos ayuda a dar fruto, fructifica.
- El Espíritu Santo nos equipa para ministrar.
Estas son solo algunas cosas, porque son muchas cosas que el Espíritu de Dios puede hacer en nuestras vidas, es tiempo de llevar nuestra experiencia y lo que sabemos de Él a otro nivel, en la intimidad Él revela todo lo que hay que saber sobre el Reino de los Cielos, pero sobretodo lo que Dios Padre tiene en su corazón para darnos.