De Marinero A Capitán.

Creo que lo que más anhela un marinero cuando llega a ser parte de una flota, es poder llegar a ser capitán, claro, es algo que no se llega a obtener de la noche a la mañana, tiene que librar ciertos procesos, ciertos entrenamientos, ciertas presiones que lo llevan a un punto de quiebre para formar su carácter, y si él tiene la actitud correcta y el espíritu enseñable adecuado seguramente será promovido a ese puesto.
Para ser sincero yo me he sentido así como ese marinero, durante estos 28 años de mi vida he sido entrenado, llevado de proceso en proceso, de puntos de quiebre a puntos de restauración y crecimiento, estoy en el mismo punto que Josué estuvo quizás al momento de ser sucesor de Moisés, cuenta la historia que Moisés por mucho tiempo fue el capitán y profeta de todo un pueblo, pero por circunstancias externas tenía que dejar ese papel y entregarlo a otro que pudiera con la carga, y es ahí donde sale Josué.
Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo: Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.
Josué 1:1-2 RVR1960
Esta es una historia grandiosa, porque Josué siempre estuvo al servicio de Moisés, fue el único juntamente con Caleb que llevaron buenas noticias de la tierra que el Señor les daría, eso ya denotaba un punto a favor de Josué y es que estaba tomando la madurez que buscaba Moisés en alguien para poder dejarle como el sucesor, claro, Moisés evidenció a ojo de amo el crecimiento que Josué iba alcanzando, ya que se iba haciendo sabio, maduro, entendido, de espíritu enseñable, humilde, y entre otras características.
Y es algo que hoy es digno de imitar, la biblia dice que no hubo otro como el profeta Moisés.
Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara; nadie como él en todas las señales y prodigios que Jehová le envió a hacer en tierra de Egipto, a Faraón y a todos sus siervos y a toda su tierra, y en el gran poder y en los hechos grandiosos y terribles que Moisés hizo a la vista de todo Israel.
Deuteronomio 34:10-12 RVR1960
Pero, ¿cómo es que dejan a alguien como Josué entonces, sí no hubo otro como Moisés?
He aquí la respuesta:
Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés.
Deuteronomio 34:9 RVR1960.
Entonces, sabes que estás en el punto exacto para ser promovido cuando has adquirido la sabiduría necesaria para llevar a cargo la nueva tarea que se te designará, esto es lo grandioso del andar cristiano y es que a mayor privilegio mayor responsabilidad, pero también hay mayor sabiduría, por eso no dejes de tener un espíritu enseñable, aprende todo lo que puedas de tus lideres, pastores, ministros de casa y consejeros espirituales, porque mucha de la sabiduría obtenida es impartida por ellos, como lo hizo Moisés con Josué.
No cabe la menor duda de que Dios siempre ha tenido cuidado de cada una de las cosas que hemos pasado, es muy probable que no entendamos cada situación que hemos librado a un inicio pero de algo si podemos estar seguros, y es que ¡Nos hemos vuelto más sabios! Claro, el ser más sabio no te debe llenar de orgullo, sino al contrario debes ser aún más humilde, mi pastor de finanzas es alguien muy sabio y aprendí la siguiente frase de él: «La sabiduría no pelea con la fe». No tengas miedo de pasar a una nueva etapa en tu vida, estoy seguro de que tienes la capacidad y el carácter para soportar la demanda de ella, y seamos como el Rey Salomón, ya que antes de pedir más riquezas y cosas materiales, pidió sabiduría, porque la sabiduría es la clave que te llevará a ser el capitán de esta temporada, y cuando ya estés allí, voltea y observa que detrás de ti viene mucha gente con el anhelo de seguirte a conquistar la tierra prometida, de la cual fluye leche y miel.
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
Santiago 1:5 RVR1960