“Creí Saberlo”

Una de las lecciones que aprendí pensando que sería una de las más grandes fue que somos lo que pensamos; basado en Proverbios 23:7, por lo que me esforcé en alimentar mi mente de cosas buenas y mucho mejor si la fuente de ese alimento eran las Sagradas Escrituras que hacen crecer nuestra fe en Dios.
Pero ahora surge una nueva etapa en mi vida en la que ésta lección tan valiosa pareciera ser que perdió vigencia, ahora siento que son las emociones las que me gobiernan. Sentimientos tan profundos que enmudecen mis pensamientos. Mis pensamientos susurran ante los gritos de mis emociones. Tristeza que desola mi identidad.
Intenté enfrentarlo dirigiendo mis pensamientos en lo aprendido de la Palabra pero parece que este sentimiento tiene raíces aún más profundas que mis pensamientos. He llegado a ver que soy menos de la mitad de lo que crecí.
Pero haciendo memoria, Dios a través de su Palabra me habló y me aconsejó para prepararme para esta nueva lección. El curso inició pero yo me dormí en el salón de clases, ahora veo que estoy en el campo de práctica sin ningún contenido aprendido en este curso asignado.
Un día me encontré leyendo la segunda parte de 1ra de Timoteo 4:7 “…ejercítate en la piedad” y lo tomé como un pequeño recordatorio de algo aprendido tiempo atrás pero resonó en mi interior y sabía que le tenía que prestar más atención pero lo dejé pasar.
Mis circunstancias se complicaron y por seguro si yo hubiese puesto en práctica el ejercitar la piedad en mi carácter por seguro como decimos por aquí: “otro gallo me cantaría”. Quise convencerme que la gente me ha decepcionado porque de hecho fue traicionada mi confianza pero la verdad es que estoy decepcionado de mí mismo; no por confiar en gente que no lo merece porque mi fe esta puesta en Jesús solamente, es parte de la vida ser traicionado para entonces enseñar a la gente infiel a ser honestos, más bien estoy decepcionado de mí por no haberme preparado con pequeñas cosas, ejercitarme en la piedad día tras día, ser misericordioso y también ver cuanta misericordia recibo de Dios cada día. Por esa razón reprobé la práctica de este curso. Ahora en medio del dolor y la auto decepción (golpeado por la gente y por mi propia conciencia) me toca ejercitar la piedad.
Ahora sé que la piedad son todos los actos que puedo hacer que me acercan a Dios, la comunión con Dios, el orar por los que de alguna manera me hieren, perdonar, ayudar al prójimo, etcétera, todo lo contrario a solo vivir para mi bienestar. No está siendo fácil pero qué alivio es saber cuál es el camino y que no estoy caminando solo, tengo amigos y tutores que me orientan y también tengo al instructor del curso junto a mí. Gracias Espíritu Santo.
Vi tu post en instagram y hablo a mi vida. Tuve que venir aqui y leer el resto. Para mi era como imposible que alguien se sintiera exactamente como yo me senti. Me siento sumamente identificado con esta palabra por que estuve en tu misma posicion. Gracias por ser como eres y sigue hacia adelante. Mensajes como los tuyos se necesitan hoy en dia verdaderamente. Dios te bendiga.
Me alegra mucho saber que el haber compartido esta experiencia ha valido la pena. Tus palabras me animan a seguir compartiendo Palabra de Vida. Bendiciones.