Construyendo un final para mí historia

Cuando queremos contar una historia es tan importante la manera en que se inicia el relato como lo es su final. Así que muchas veces se nos hace muy fácil contar de manera interesante nuestras vivencias pero si somos francos reconoceremos que no nos gusta pensar en que vamos a morir algún día. ¿te has puesto a pensar en cómo serán contados los últimos días de tu vida?
Los cuentos de fantasía generalmente terminan con la frase y “vivieron muy felices”. Pero el autor del “Libro de los libros” en los libros de Crónicas y de Reyes narra con crudeza las acciones de algunos reyes de Israel y Judá y algunas de ellas terminan diciendo: “y no hicieron lo correcto ante los ojos de Jehová su Dios”, un final trágico y no cualquier escritor se arriesga a escribir un final trágico. Uno de los primeros con un final trágico es el Rey Salomón.
Esta historia es muy interesante, inicia con intriga y conspiración pero nada de todo eso impide el cumplimiento de la promesa de Dios para el Rey David su padre. Salomón hereda el trono y comienza su reinado con un encuentro personal con Dios y es allí donde es dotado de sabiduría para gobernar. Su reinado es reconocido hasta el día de hoy como el más glorioso en la historia de Israel, su riqueza era inmensa y el país entero gozó de paz. Pero dicha sabiduría no fue una sabiduría plena, ya que las habilidades para gobernar toda una nación y prosperar no garantizaron que sus días últimos fueran de paz y agrado ante Dios.
Así que hay dos principios en la vida del hombre que debemos observar en la historia del Rey Salomón: El primero es que la plenitud en la vida no se mide por la abundancia de la riqueza sino en agradar a Dios. Y el segundo es más práctico mencionarlo con un slogan muy conocido últimamente: “esposa feliz; vida feliz”.
Uno de los pocos errores que le pueden identificar a Salomón es que tomó como esposas a mujeres de otras naciones, cosa que era prohibida para el pueblo de Israel y la razón de esta prohibición era que el hombre por querer vivir en paz se esforzaría en agradar a su mujer y terminaría permitiendo idolatría dentro de su casa y peor aún inclinándose ante otros dioses, ofendiendo a Dios de esa manera. Pero Salomón siendo el Rey de la nación no solamente permitió idolatría dentro de su casa, edificó altares en lugares altos de la nación, arrastrando a todo Israel a la idolatría.
“Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David” 1 Reyes 14:4
Así que sí existen hombres que se esfuerzan toda su vida en agradar a su mujer y sí existen mujeres que pueden manejar a su esposo.
Entonces podemos concluir que la idea de que con el tiempo te harás más fuerte no es bíblica, mas bien se trata de que en tus años productivos construyas una vida segura y de paz para tu vejez.
En esto tiempos de juventud es cuando tienes la fuerza para formar buenos hábitos, estrechar amistades positivas, cuidar tu salud integral (espíritu, alma y cuerpo) y hacerte acompañar el resto de tu vida de una persona temerosa de Dios para que las últimas líneas de tu historia expresen: “y vivieron muy felices agradando a Jehová su Dios”.